En un paso de control de los separatistas, al menos cinco personas han muerto en la ciudad prorrusa de Slaviansk en la madrugada de este domingo. “La gente saltó de los Jeeps y empezaron a dispararnos. Lanzaron granadas y nuestra gente empezó a correr en todas direcciones hasta que alguien nos gritó” cuenta uno de los rebeldes.
Los muertos pertenecen a ambos bandos y han supuesto el último y más grave de los pasos en la escalada de violencia. “Hasta hoy tan sólo había enfrentamientos con pérdidas mínimas pero a partir de ahora nadie puede esperar ningún tipo de piedad por nuestra parte” dice uno de los prorrusos.
Un ataque que da por rota la tregua que estos días de Pascua comprometía a insurgentes y ucranianos al este del país. Indignado con el ataque, el Kremlin continúa presionando a Ucrania con la presencia de militares en la frontera y el presidente Putin lanza un ultimátum para que el país salde sus deudas por el gas: “Estamos preparados para esperar un mes más. No podemos esperar para siempre y no podemos soportar el peso de un país de 45 millones de personas en el presupuesto de Rusia y sus contribuyentes”.
Un desafío al que el Primer Ministro Ucraniano califica como desastroso para el mundo: “Tiene el sueño de restaurar la Unión Soviética y cada día va un poco más lejos. Creo que el mayor desastre de este siglo será el de restablecer la Unión Soviéticabajo la protección del presidente Putin”. El Ministro Ucraniano de Interior ha anunciado que se desplazará al Este para inspeccionar a la Guardia Nacional desplegada allí.
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